Con la llegada de la primavera y sobre todo con el verano que ya se anuncia, el deshielo comienza a ser real en Islandia. Las calles se van tiñendo del barro marrón que muestra que el invierno se acaba. Hasta que las llovían limpien las aceras y la hierba crezca con el vigor que le da el sol. El verde substituye al gris, al azul glaciar y al blanco de la nieve. El hielo se hace agua y los ríos engrosan su caudal. Pronto las cascadas de Islandia llegarán a su esplendor. Más de dos decenas de ellas se encuentran entre las principales de Europa, pero toda la geografía islandesa está sembrada de estos saltos de agua.
El origen de tantas cascadas se encuentra e el propio origen de Islandia y en su latitud septentrional. La inmensa falla que separa las dos partes de la isla, el vulcanismo y los movimientos de plazas han creado mesetas inmensas por el basculamiento de grandes porciones del territorio islandés. Esas falsas mesetas crean inmensos acantilados que los glaciares y sobre todo, los ríos han excavado y modelado. El norte, el suroeste y el sureste son las regiones donde más cascadas encontramos, peor las hay también en el extremo noroccidental, en la región de los fiordos.
Algunas como la de Gullfoss son muy conocidas por estar situadas muy cerca de Reykiavik y formar parte de la ruta del Círculo de Oro. Otras son conocidas por su espectacularidad como las de Godafoss, Dettifoss; por su altura Glymur, Haifoss y Mórsarfoss; o por su belleza Skogafoss, o por las columnas basálticas de Svartifoss.
Se suele decir que tras cada cascada se oculta un tesoro. En Islandia se añade que son, o pudieran ser, moradas de seres fantásticos o arcanos, en todo caso, el tesoro se halla frente a las cascadas. Islandia y tierra páramo, su tierra verde y oscura, su tierra dura y terrible, su belleza recortada es el tesoro.
Como llegar a las cascadas.
Algunas están perfectamente acondicionadas para el turismo como la de Gullfoss, ya que el autobús turístico llega a las inmediaciones de la misma. Otras como la de Glymur en los fiordos del norte obliga a practicar el senderismo. Como ven Islandia mezcla la civilización más comercial, con la rudeza polar, la aventura y la posibilidad de moldear y crear nuestro viaje.
Cuando visitarlas.
La espectacularidad de las cascadas, su caudal y la belleza y color de la vegetación de los alrededores cambia mucho dependiendo de la estación, con lo que se pueden observar muchas diferencias entre el invierno y el verano. En invierno muchas están heladas o casi, en primavera y verano, la vegetación es más verde y el caudal aumenta, haciendo de la cascada de Dettifoss, un trueno continuo y de la de Skogafoss un estilizados saltimbanqui. En otoño e invierno el caudal se reduce y la vegetación se apaga… Cada estación proporciona una visión distinta.
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